Absuelto Camps, ahora solo nos queda esperar que el Tribunal Supremo condene a Garzón por tener el atrevimiento de perseguir la corrupción de la derecha y los crímenes del franquismo, para que la justicia adquiera todo su «esplendor» y nos convirtamos definitivamente en un país bananero y mafioso. Y por si fuera poco hoy el ministro de justicia anunciaba su propósito de entregar el poder judicial a los jueces, para «despolitizar» la justicia. Menos mal que aún nos queda el fútbol para distraernos; la buena noticia del día es que el Madrid ha salido derrotado de nuevo por el Barcelona.