Steve Jobs es una de las personalidades más brillantes de los últimos tiempos y se ha convertido en un icono para quienes creemos que la imaginación y la capacidad creativa es compatible con las nuevas tecnologías siempre que éstas sean controladas por nuestra inteligencia y se amolden a nuestras necesidades. El pasado 24 de agosto dejó su puesto de CEO de Apple tras dimitir por sorpresa de su Consejo de Administración. Hoy me recordaron por la radio que le queda poco tiempo de vida, muy pronto nos dejará, y quedará para siempre en el recuerdo de todos como una persona que influyó decisivamente en la vida de muchos. No quiero esperar a que esto suceda, y por eso quiero hacerle en vida mi particular homenaje.
En 1987 conocí Apple y compré mi primer Macintosh: un SE de 30 megas de memoria, que aún funciona y nunca visitó el servicio técnico. Poco después, cuando descubrí que aquel aparato estaba cambiando mi vida, escribí un artículo titulado «El Mac, una sucursal de mi cerebro«, en el que -entre otras muchas cosas- afirmaba: «El Mac es más que un ordenador, ya que me ha ayudado a organizar mi vida y mi trabajo, a disfrutar de una mayor calidad de vida, a tener nuevos amigos, y a divertirme; el Mac es una droga que produce dependencia, pero no precisa rehabilitación posterior ya que su adicción es un alivio para la mente».
Han pasado desde entonces 24 años, y ahora escribo esta entrada a través de mi iPad 2, al aire libre, convencido de que puedo asomarme al mundo mientras me tomo un café gracias a personajes tan peculiares como lo ha sido, desde siempre, Steve Jobs.
Esta mañana, repasando su vida, vino a mi mente el discurso que pronunció en la Universidad de Stanford durante la apertura del curso de 2005, cuando comenzaba diciendo «…La verdad sea dicha, yo nunca me gradué. A decir verdad, esto es lo más cerca que jamás he estado de una graduación universitaria…»; una pieza antológica de cómo debemos de luchar en la vida para alcanzar nuestros objetivos
Se me ocurrirían muchas cosas más, pero prefiero que veáis este vídeo en el que se muestran a varias personas vestidas como Steve Jobs, escenificando los logros más importantes de su vida durante su tiempo en Apple. «Todos hemos sido influenciados por él de alguna manera, por lo que en cierta medida todos somos Steve«; al menos es lo que pretenden decir estos personajes anónimos, con los que muchos nos sentimos identificados.
(El vídeo del encabezamiento resume en 2 minutos la vida de Steve Jobs; muchos piensan que es preciso estar un poco loco para alcanzar las metas que ha conseguido. Comparto esta idea, es más, todos debemos de estar un poco locos para vivir en este mundo y ser felices, o al menos aparentarlo).