Quién crea que el principal enemigo de Rajoy para alcanzar el poder se llama José Luis Rodríguez Zapatero, se equivoca. Desde que fue designado a dedo sin el respaldo democrático de su partido, Don Mariano se ha convertido en la marioneta de José María Aznar, y lleva más de seis años sufriendo sus consecuencias, sin haber sido capaz nunca de plantarle cara. Sus inicios no pudieron ser más desastrosos, cuando sufrió su primera derrota electoral, muy posiblemente como consecuencia de las mentiras y manipulaciones de su presidente de honor, con la inestimable ayuda del por entonces Ministro del Interior Angel Acebes, quienes creyeron que los españoles éramos tontos y nos podían engañar atribuyendo a ETA el atentado del 11M.
Desde entonces José María Aznar, con una actitud altiva, prepotente y egocentrista, menosprecia y margina a Don Mariano, quien de forma permanente sufre las consecuencias del olvido de quien le eligió para ser su sucesor, consiguiendo mantener la división en el seno del Partido Popular para acaparar el protagonismo del sector más reaccionario de la derecha española.
Aznar, incapaz en su día de votar la Constitución Española, no tiene convicciones democráticas, lo que motiva que falte al respeto de forma permanente a los representantes del pueblo español, e incluso al legítimo candidato de su propio partido. Por eso, y por considerarse un permanente «salvapatrias», ha resultado ser el más despreciable de los presidentes que ha tenido nuestra joven democracia, siendo incapaz de cumplir su papel de expresidente ante la sociedad española; convirtiéndose en un personaje absurdo, cobarde, pintoresco, engreído, y en especial maleducado.
Su dedo índice le define, y pasará definitivamente a la historia como lo que es, un ser ridículo que «sólo» se quiere a sí mismo y menosprecia a los demás.