Después de la tempestad viene la calma…, me refiero a la del tiempo ya que los acontecimientos bélicos parecen no terminar, y las muertes en Gaza van en aumento. El domingo salió el sol en León, y la temperatura se hizo muy agradable. Visitamos Rodiezmo, en donde todos los años los socialistas celebran su fiesta minera, y el valle se encontraba blanco, cubierto por la nieve del último temporal
Al pasar por Casares de Arbas, cuando transitaba por la calle Abadía de Arbas, la única del pueblo, pudimos comprobar que las bajas temperaturas eran más que habituales, a juzgar por los carámbanos que adornaban sus fachadas, y los rayos de sol que calentaban el ambiente eran tan sólo un espejismo temporal. No me imagino tener que pasar un invierno en un ambiente de temperaturas bajo cero.
Hoy es día de Reyes Magos, y sirve para despedir las fantasías de las vacaciones navideñas; esta noche los contenedores de basura rebosarán de cajas de cartón vacías y viejos juguetes, que ya no tienen sustitutos. Pero lo malo de los juguetes de ahora es que son tan sofisticados que ya vienen jugados, e impiden emplear nuestra imaginación para disfrutarlos a nuestro gusto; son las consecuencias del «progreso» y de las «nuevas tecnologías» que impiden personalizar su uso y disfrute.
Mañana volveremos a la «normalidad», y la realidad del día a día ocupará todo nuestro tiempo. Comenzaremos a pensar en las vacaciones de Semana Santa, aunque sean imaginarias, y servirá para hacer más llevadero nuestro futuro inmediato. Y es que la vida del ser humano se compone de una sucesión de proyectos e ilusiones de futuro que cuando se hacen realidad o descubrimos que son utopías, son inmediatamente sustituidas por otros proyectos e ilusiones…. Es una manera, la única, de pasar el tiempo y la vida, y así los años se suceden unos a otros, y cuantos más mejor.
Hace unos días, al dar mi nombre a una secretaria judicial para incorporarlo al acta de un juicio, me confundió con un familiar cercano, y me dijo «le conozco, sale todos los días en la prensa«; mi respuesta no se hizo esperar, «me confunde, es mi hermano, seguro me mi nombre saldrá un día publicado en la prensa, pero cuantos más años pasen, mejor«; la anécdota hizo revivir el sentido del humor de todos los presentes, y el juicio resultó más ameno de lo habitual.