Hacerse un Valls

Las elecciones ya han pasado, los resultados para la izquierda han sido mejores de los que auguraban las encuestas, y ahora es preciso disponer de un Gobierno cuanto antes. Los ciudadanos no soportamos más entrar en un bucle de incertidumbres, y exigimos recuperar la normalidad democrática.

Partiendo de la base de que PSOE y Unidas Podemos no tienen más opciones que ponerse de acuerdo, que Errejón apoyará un gobierno de progreso, de que el PNV está siempre dispuesto a facilitar la gobernabilidad, y de que el único camino posible para formar un gobierno pasa por Pedro Sanchez, es el momento en el que Ciudadanos recupere la cordura, vuelva al camino de la sensatez, y trate de facilitar el desbloqueo evitando que los socialistas tengan que echar mano de los independentistas. ¿Cómo?

Muy sencillo, pueden hacer lo que Manuel Valls llevó a cabo en Barcelona. Es decir, poner a disposición de Pedro Sánchez y prestar el número de votos precisos para conseguir mayoría absoluta, sin pedir nada a cambio. Sería una buena manera de que pensásemos que Ciudadanos puede sobrevivir y ser útil para el futuro.

120 de PSOE+35 de UP+3 de MP+7 de PNV suman 165. Si a ello únimos algunos votos sueltos de partidos minoritarios, fácil lo tiene Ciudadanos para facilitar la gobernabilidad como hace unas horas prometieron sus dirigentes. Todo con tal de evitar depender de los independentistas.

Ciudadanos también tiene otra solución: seguir pactando con PP y VOX, pero ya saben que ésta es la fórmula adecuada para desaparecer definitivamente.

Rivera aún puede salvar su culo, siendo inteligente al menos por una vez. Ahora a esperar.

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Y Errejon está a la espera de acontecimientos

Pablo Iglesias se ha encargado él solito de cargarse el proyecto político más ilusionante de las últimas décadas, por el que apostamos millones de ciudadanos. Resulta evidente que Monedero se autoexcluyó porque su grado de vanidad es incompatible con la política activa. Pero fue triste comprobar cómo Pedro Alegre, Carolina Bescansa y el mismo Errejón tuvieron que abandonar Podemos porque no guardaban pleitesia al líder supremo, aquel que se autodenominaba macho alfa, y ansiaba constituir la pareja alfa para hacerse dueño exclusivo de sus ambiciones personales.

De los dos primeros poco ya se sabe, al haber abandonado la política activa. Pero Errejón, el político nacido en Podemos que más admiración despertó entre la ciudadania, está en activo y muy vivo, hasta el punto de que puede dar el salto a la política nacional, y convertir Podemos en un destrozo. No olvidemos que Iglesias cuenta con sus incondicionales en la secta en la que ha convertido Podemos, pero estoy convencido que sus votantes son mayoritariamente errejonistas; y son quienes deciden al final en las urnas, sin dejarse guiar por las consultas internas.

Esta noche Pablo Iglesias, al que ya se le veía ojeroso a principios de semana, ha dormido mal, muy mal. Ha soñado con los sillones que se le van, por querer organizar un gobierno dentro del propio gobierno de Pedro Sánchez, y ha tenido pesadillas cuando se le aparecía Errejón encabezando un proyecto electoral a nivel nacional. Lo lamentable para él es que cuando se despertó comprobó que no era un sueño, sino una realidad y el fin de sus delirios de grandeza.

A pesar de todo, confio en que a última hora se recupere el sentido común y el partido que ganó las elecciones pueda gobernar, aunque sea en solitario. Pero esto sí que es un sueño que dificilmente puede convertirse en realidad. Pedir sentido común a nuestros políticos es todo una quimera.

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Ciudadanos se hace un collarín

En el mundo de los accidentes de tráfico se conoce como «hacerse un collarín» a quién, tras sufrir una colisión o simular que se produjo, acude a un Servicio de Urgencias fingiendo molestias en la columna vertebral para así obtener un Informe que diagnostique «cervicalgia postraumática», y conseguir después una suculenta indemnización de una entidad aseguradora. Es muy fácil conseguirlo, sea o no verdad, porque ningún médico puede negar que se tengan tales molestias y las contracturas muchos las sufren a diario con solo dormir en mala postura. Lo que no es lógico es acudir tres días después porque la propia ley que regula el Baremo en los accidente de tráfico, duda de la relación causa-efecto entre aquel y las lesiones después del transcurso de 72 horas.

En mi primera lectura a las noticias del día acabo de conocer que Arrimadas se ha enterado de la existencia de un Informe de Urgencias de una simpatizante de su partido que acudió al médico tres días después, y lo va a utilizar ante la Fiscalia para «justificar» la violencia que sufrieron en la manifestación del Orgullo Gay. Cada uno/a puede hacer el ridículo como le plazca, pero lo de esta mujer ya es para hacerselo mirar, hasta el punto de que parece haberse convertido en la «tonta de capirote» de Ciudadanos.

Por cierto en el citado informe se hace mención a una «crisis de ansiedad». No cuela, ya que éstas son de efecto inmediato y no aparecen por generación espontánea tres días después.

En fin, por intentarlo que no quede; pero con un solo Informe Arrimadas parece quedarse corta hasta en simulación. Al menos los independentistas afirmaron haber sufrido 800 heridos después del 1O; aunque informes por escrito, lo que se dice informes, no recuerdo haber visto ninguno.

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“MADRID CENTRAL” Y LA PREVARICACIÓN ADMINISTRATIVA

 
Cuando los principales argumentos de la derecha en campaña electoral radicaban en calificar de populista a la alcaldesa Manuela Carmena y liquidarse “Madrid Central”, los madrileños deberían haber demostrado en las urnas mayor sabiduría y darse cuenta que votar para que vuelva a su pleno apogeo la contaminación atmosférica perjudica a sus pulmones y a su calidad de vida. Cada uno puede hacer lo que quiera con su salud, pero dejarse llevar por los mensajes de Isabel Ayuso, que añoraba los atascos porque hacían Madrid más “especial”, es un atentado a la inteligencia, por ser benévolo en las palabras.
 
Parece que el nuevo Alcalde José Luis Martínez-Almeida se ve obligado ahora a cumplir sus promesas, aunque dudo mucho que eliminar “Madrid Central” le sirva para conseguir la adjudicación de unas Olimpiadas, cuando lo que asegura es mayor contaminación que la actual, y para la práctica deportiva ésta es perversa.
 
El actual Alcalde tendría que saber que está obligado a responsabilizarse de las consecuencias de sus decisiones, y ésta puede infringir la normativa comunitaria, de obligado cumpliendo en nuestro país, por lo que deberá asumir personalmente, junto con quienes apoyan tal decisión, el pago de la multa millonaria que nos puedan imponer, sin pretender que su abono vaya a cargo de nuestros impuestos.
 
Yendo más allá, deberíamos recordar que una decisión injusta, a sabiendas de que lo es, que puede desembocar en el incumplimiento de unas normas comunitarias de obligado cumplimiento, tiene su encaje en lo que nuestro Código Penal tipifica como un delito de prevaricación administrativa. Por lo que no estaría de más que la Fiscalía se ocupase de este tema, desde ya, sin esperar a que las consecuencias se hagan irreparables.
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Otro que se quiere suicidar

Ayer fue Rivera, y hoy le sigue sus pasos Pablo Iglesias. Ambos, de la nueva ola, se ahogan de vanidad, y el narcisismo les puede. En su afán de tocar poder sin haber alcanzado la mayoría de edad política, es decir la experiencia necesaria, están a punto de hacerse el harakiri al unísono si con sus posturas fuerzan unas nuevas elecciones generales, sin respetar que pueda gobernar quién ganó holgadamente las elecciones.

Podemos votó en su día con la derecha en contra de un gobierno socialista, se arrepintió después, y lo ha pagado con una alarmante perdida de votos. Pero si vuelve a cometer el mismo error, votando en contra de un gobierno socialista junto con PP, Ciudadanos y Vox, se convertirá muy pronto en un partido residual, y se de uno que deberá poner su chalet en venta.

Pablo Iglesias no pretende un acuerdo pensando en la izquierda, sino en sus propios intereses personales, y la obsesión de disponer de una cartera ministerial le ciega. Puede que tenga parte de razón cuando plantea un pacto de gobierno, pero la pierda cuando se ve a la legua que lo único que le preocupa es sentarse en un Consejo de Ministro.

Fui de Podemos, como partido necesario de cambio de modos de gobernar; y de hecho lo sigo siendo en espíritu, aunque me he quedado solo. Me han fallado y traicionado quienes se apoderaron del proyecto, hasta convertirlo en un partido en extinción.

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Ciudadanos en caída libre

Ciudadanos está enseñando su verdadero rostro, que refleja la ideología de su líder “carismático” , Albert Rivera, y no tiene empacho alguno en pactar con la extrema derecha, mientras que da la espalda al Partido Socialista que representa en la actualidad a la izquierda moderada y al propio centro, abandonado por quienes venían a regenerar el país, y han pactado sin complejos con el partido más corrupto de la historia de nuestra democracia.

Hoy hemos asistimos a dimisiones en cadena, empezando por Toni Roldan, al que le ha seguido Javier Nart; y a nivel regional se ha consumado la renuncia a su escaño de Juan Vázquez. Al final Ciudadanos se ha convertido en un nuevo UPYD en descomposición, y su desaparición es cuestión de tiempo.

Parece obvio que si Pedro Sánchez no puede formar gobierno, unas nuevas elecciones convertirán a Ciudadanos en un partido marginal, una vez que sus votantes ya han comprendido que no es de fiar, y que no representa los ideales que dice defender, máxime cuando ya está repudiado incluso a nivel europeo.

Vuelve el bipartidismo por la torpeza e impaciencia de los nuevos en tocar poder.

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Charlas de café

Hace unos tres meses, cuando ya estaba disuelto el Congreso, a la espera de la celebración de Elecciones Generales, me encontré en el Café Dindurra de Gijón con Ignacio Prendes, Diputado de Ciudadanos y Vicepresidente del Congreso, con el que mantengo una correcta relación por haberle tratado como compañero de profesión cuando ejercía la abogacía.

Abusando de la confianza existente, sin mediar demasiadas palabras, y aprovechando mi ignorancia, le pedí me explicase las diferencias entre PP, Vox y Ciudadanos, dado que los había visto juntos en la plaza de Colón, y aparentemente utilizaban el mismo lenguaje. No le gustó la pregunta, pero con la sonrisa que utilizan los políticos en activo, me contesto: “..son evidentes…”. Aunque como no quería explicarme más, le emplacé para continuar la conversación dentro de tres meses, que ya han vencido.

Esperaré a encontrarle de nuevo por casualidad en el Café Dindurra, lugar muy vinculado al teatro y a la farsa, para recordarle la conversación mantenida. Debería de ponerse colorado, pero si no lo hizo cuando de un día para otro pasó de ser candidato de UPYD a ser candidato de Ciudadanos, sin sonrojarse, seguirá manteniendo su sonrisa.

El arribismo lo puede todo.

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